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“En mi pared ya no solo estarán los diplomas de mis hijos, sino también el mío”

La historia de Rossana empieza como muchas: con la búsqueda de nuevas oportunidades y el deseo de seguir creciendo. Siendo madre de tres hijos, un día decidió tocar literalmente la puerta de las oficinas de Natura. “Quiero vender Natura, ¿cómo me pueden ayudar?”, le dijo al personal de seguridad. Poco después, ya estaba en contacto con su Gerente de Negocios, quien la acompañó en los primeros pasos dentro de la red. Hoy, a sus 63 años, es un ejemplo de perseverancia y de cómo el aprendizaje puede transformar no solo el futuro, sino también el presente.

Durante años, Rossana trabajó de distintas cosas para mantener a su familia: fue taxista, vendió ropa y productos de belleza, incluso tuvo una pequeña tienda en la cochera de su casa. En esos años, el deseo de terminar sus estudios de contabilidad tuvo que quedar en pausa. Sin embargo, aunque la vida la llevara a postergarlo, nunca dejó de soñar. “Siempre intenté retomarlo, pero el papeleo y el tiempo me lo complicaban”, recuerda.

Con Natura, su vida comenzó a tomar otro rumbo. Gracias a su esfuerzo y compromiso, logró convertirse en Consultora Diamante en tiempo récord, y pudo pagar la universidad de sus tres hijos, quienes hoy son profesionales. Sin embargo, el capítulo más inesperado de su historia llegó con la campaña +Educación. Aunque al inicio desconocía el alcance de las becas que Instituto Natura le brinda a su red de Consultoras para su desarrollo profesional, puso todo su empeño en participar vendiendo productos Creer para Ver. Cuando se enteró de que ella era una de las ganadoras para estudiar en la Universidad Peruana de Ciencias (UPC), si bien la emoción fue inmensa, las dudas no tardaron en aparecer: “¿Voy a estudiar a esta edad? ¿Con compañeros de 18 años?”, se preguntaba. Por suerte, no dejó que esos pensamientos la detuvieran. “Me di una palmadita en la espalda y dije, es mi momento ahora”, cuenta con una sonrisa.

Desde entonces, Rossana ha sido una de las mejores estudiantes de su clase. Participa activamente, se conecta siempre a tiempo y disfruta cada momento. “Esta experiencia demuestra que no hay límites cuando realmente quieres empezar algo”, afirma. Hoy, Rossana no solo inspira a sus hijos, sino también a toda la red de Consultoras de Natura. “Con esto le demuestro a mis hijos que mamá también puede, y que en mi pared ya no solo estarán los diplomas de ellos, sino también el mío”.

Historias como la de Rossana son las que inspiran nuestro trabajo. Este año, se han otorgado 120 becas que transformaron las vidas de nuestras Consultoras. Pero lo más importante no es solo lo que se logra a nivel individual: es el impacto que cada una de estas personas genera en sus familias, en sus comunidades y en las futuras generaciones. Rossana lo sabe bien. Su camino no solo es un ejemplo de superación, sino un recordatorio de que, con apoyo y determinación, los sueños no tienen edad. Porque al final, como ella misma demuestra, siempre es posible escribir un nuevo capítulo.

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