Entre cuentos y títeres: la historia de una escuela que leyó distinto

En Chiquitoy, un pequeño centro poblado del distrito de Santiago de Cao, en la provincia de Ascope, algo poderoso comenzó a gestarse entre cuentos, rompecabezas y títeres. No fue un gesto aislado ni una iniciativa pasajera. Fue una convicción compartida: que leer en familia puede ser mucho más que una tarea escolar. Puede ser un puente, una forma de estar juntos.
Así nació el proyecto “Lectura en Familia: Unidos por la lectura, fortalecidos como familia”, en la Institución Educativa N.° 81534 “Iris Barriga Galarreta”, una de las escuelas que forman parte de la alianza entre Enseña Perú y Fundación Instituto Natura en UGEL Ascope. Y hoy, esa experiencia se convirtió en una referencia nacional: fue seleccionada como una de las seis iniciativas ganadoras de la provincia de Ascope en el Concurso Nacional de Proyectos de Innovación Educativa – FONDEP.
Este proyecto no surge de manera aislada, sino que forma parte de una intervención educativa que, desde 2024, apuesta por un modelo sistémico centrado en la mejora de los niveles de aprendizaje de lectoescritura. La intervención es producto de una alianza entre UGEL Ascope, Enseña Perú, Fundación Instituto Natura y otras organizaciones y empresas comprometidas con la transformación educativa en territorio, con el objetivo de reducir la brecha en comprensión lectora en los primeros años de primaria. La estrategia se apoya en tres pilares claves: el fortalecimiento de las capacidades pedagógicas de docentes y directivos, la implementación de estrategias innovadoras basadas en evidencia, y un acompañamiento sostenido a escuelas y especialistas. La experiencia de Chiquitoy es una muestra concreta del impacto que puede lograrse cuando el compromiso colectivo se convierte en política educativa en acción.
¿Pero qué significa eso en la práctica?
Significa que familias que antes no tenían libros en casa, hoy cuentan con bibliotecas caseras creadas especialmente para sus hijos e hijas. Que madres, padres y cuidadores se sumaron a las actividades de lectura y descubrieron que no hace falta ser expertos para compartir un cuento. Que la lectura, cuando se vuelve lúdica —con juegos de mesa, bitácoras, títeres y espacios de conversación— puede despertar un entusiasmo real, tanto en los niños como en los adultos.
El impacto se nota. Según la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje 2024, más del 40% de estudiantes de cuarto grado de esta escuela alcanzaron el nivel satisfactorio en comprensión lectora. Pero más allá de los números, lo que creció fue otra cosa: la confianza. La certeza de que el aprendizaje se construye mejor cuando es un compromiso colectivo.
Más allá de los logros puntuales, lo que esta intervención demuestra es que cuando el liderazgo local, la voluntad política, la evidencia pedagógica y el compromiso de la comunidad se articulan, el cambio deja de ser una promesa para volverse una realidad tangible.
Ascope es hoy ejemplo de cómo una coalición estratégica entre sector público, privado y sociedad civil puede generar mejoras significativas y sostenibles en territorios donde más se necesita, y recordarnos que leer juntos también puede ser una forma de cambiar el mundo.




