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Fluidez lectora: un paso necesario para que leer sea entender

En Argentina, miles de niñas y niños enfrentan diariamente el desafío de aprender a leer. Este es un paso esencial en su desarrollo que muchos aún no logran llevar a cabo. Esta realidad, que refleja las profundas dificultades en los procesos de alfabetización de nuestro país, refuerza la urgencia de nuestras acciones para transformarla. 

Para construir sistemas educativos eficaces es necesario en primer lugar conocer las necesidades de los estudiantes, es decir, identificar su nivel de conocimientos.

Si la alfabetización en los primeros años de la escuela primaria es esencial para construir una base sólida de aprendizaje, la fluidez lectora es un elemento central en este proceso: es un puente entre la decodificación y la comprensión de los textos, entre el reconocimiento de las palabras y la construcción de significados. A mayor fluidez en la lectura, mayor comprensión de lo leído. Por ello, identificar en qué medida los niños y niñas logran leer con fluidez es fundamental para contribuir a que completen con éxito su proceso de lectoescritura y lograr una alfabetización en la edad adecuada.

En este contexto, desde la Alianza por la Alfabetización —integrada por Instituto Natura, Fundación Pérez Companc y su aliado técnico Propuesta Dale!—, impulsamos junto a los Ministerios de Educación de las provincias de San Juan, Tucumán, Catamarca, Santa Fe, Entre Ríos y Salta la implementación de la evaluación de la fluidez lectora para estudiantes de segundo grado. Esta herramienta permite a las y los docentes obtener información clave sobre el nivel lector de cada estudiante, verificando sus capacidades para leer textos y palabras al ritmo y de la forma correcta. En 2024, esta iniciativa alcanzó a más de 90.000 estudiantes en aproximadamente 2.400 escuelas.

¿En qué consiste la evaluación de fluidez lectora?

En un espacio tranquilo de la escuela, una maestra le entrega a su alumno una hoja con palabras simples como “casa”, “dado” o “mano”, y le pide que las lea en voz alta en un tiempo determinado. Luego, la tarea se va complejizando con palabras inventadas, como “mufola”, “telome” y “copite”, que el niño debe decodificar, para finalizar con un párrafo que debe leer solo, interpretando signos de puntuación y respondiendo preguntas sobre el texto al terminar. 

La lectura en voz alta de cada niño y niña es grabada a través de una aplicación móvil por el docente a cargo, lo que permite observar y medir en detalle aspectos fundamentales de su lectura: la precisión, la velocidad, la fluidez y la entonación; habilidades clave para que, hacia tercer grado, los estudiantes estén preparados para desarrollar la comprensión de textos de manera autónoma. Este enfoque, que combina la observación cercana del docente con el respaldo de herramientas tecnológicas, permite que la evaluación no solo mida y analice estos aspectos, sino que impulse mejoras significativas en las prácticas pedagógicas. Así, la fluidez lectora se convierte en una iniciativa tangible que abre la puerta a la comprensión, el aprendizaje y el desarrollo integral de cada estudiante. 

La propuesta de evaluación

Esta propuesta de evaluación forma parte de las políticas de alfabetización llevadas adelante en las provincias que apoyamos desde la Alianza por la Alfabetización, junto a la Fundación Perez Companc. En Santa Fe, por ejemplo, esta evaluación se realiza dentro del Plan Raíz, que abarca a todos los estudiantes de segundo grado de escuelas públicas y privadas. En Entre Ríos, por su parte, se implementa en el marco del Plan Provincial de Alfabetización (ex Aleer)  que el Consejo General de Educación (CGE) lanzó en 2021. 

Sabemos que el camino hacia una educación de calidad y equidad requiere el esfuerzo de todos y todas. Por eso, celebramos el compromiso de quienes trabajaron para hacer realidad esta iniciativa, y felicitamos especialmente a los docentes que, con plena dedicación, responsabilidad y amor, acompañaron a los niños y niñas en este proceso y facilitaron la obtención de los datos. Juntos, estamos construyendo las bases de una sociedad comprometida con la alfabetización como un derecho esencial para construir un futuro próspero para todas las personas.

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