Ocho estados, una causa en común: claves de la Cuarta Reunión Ministerial

En México, más de 4 millones de personas no saben leer ni escribir. Esa cifra no es solo un dato: es una urgencia que interpela a gobiernos, escuelas, docentes y también a quienes, desde la sociedad civil, trabajamos por una educación más justa.
Desde esa convicción se celebró en Tamaulipas la Cuarta Reunión Ministerial por la Alfabetización Inicial, un encuentro que reunió a autoridades educativas estatales, organizaciones y fundaciones para seguir construyendo una política sostenible que garantice el derecho a aprender desde el inicio.
“Cuando una niña o un niño puede leer, comprender lo que lee, expresarse con claridad y razonar con lógica, está en condiciones de avanzar con éxito en su trayecto educativo, y también de proyectar su vida con autonomía, con confianza y con sentido”, afirmó Miguel Ángel Valdez García, Secretario de Educación de Tamaulipas, durante el evento. Esa es la base: entender que alfabetizar no es solo enseñar letras, sino habilitar futuros.
La meta es ambiciosa: lograr que, para el ciclo escolar 2025-2026, más de 1.5 millones de estudiantes accedan a una formación en lectura y escritura desde los primeros años de la primaria. Y que más de 60 mil docentes reciban formación específica para acompañar ese proceso. Una estrategia nacional que avanza gracias al compromiso compartido de ocho estados —Campeche, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Sonora, Veracruz, Tamaulipas y Yucatán— y de la red de colaboración entre Instituto Natura, Fundación Coppel, Fundación Sertull y Fundación Compartamos, además de la colaboración con la UNESCO,
Silvia Ojeda, directora de Instituto Natura México, lo expresó con claridad: “Valoramos profundamente las alianzas entre gobiernos estatales, el gobierno federal, organizaciones de la sociedad civil y fundaciones, porque solo a través del trabajo colectivo podemos avanzar hacia una estrategia sistémica y sostenible que garantice el derecho a una educación integral desde los primeros grados”.
Durante la jornada se compartieron experiencias, avances, desafíos y prácticas exitosas. También se abordaron las condiciones necesarias para sostener esta política a largo plazo: coherencia institucional, formación docente continua y estrategias pedagógicas que realmente lleguen al aula. Porque de nada sirve un plan si no se traduce en mejoras concretas para quienes más lo necesitan.
Desde Natura creemos que cada decisión educativa tiene el potencial de transformar una vida. Por eso, acompañamos estos procesos desde un lugar de compromiso y colaboración. Sabemos que el desafío es enorme, pero también sabemos que una política educativa pensada para las infancias, sostenida en el tiempo y construida entre muchos actores, puede hacer la diferencia.



