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¿Quién dijo que la lectura es un acto solitario?

Es probable que, al pensar en el acto de lectura, imaginemos a una persona aislada, sosteniendo un libro en silencio. Pero esto no fue siempre así: en siglos anteriores, la práctica de la lectura era un acto colectivo y principalmente oral. Algo de ese espacio de narración compartida sigue manteniendo su potencia en nuestros días. Porque la lectura colectiva es un momento de encuentro, de reconocimiento y de aprendizaje en conjunto.

Así lo vivieron las familias que participaron de la actividad de cuentacuentos llevada adelante por Instituto Natura en el marco de la semana de las relaciones, durante la cual se desarrollaron distintas iniciativas para generar conexiones entre las personas. En esta oportunidad, se invitaron a los colaboradores y a sus hijos e hijas a participar de una jornada en la que se realizó un show de magia, algunas dinámicas para los niños y un espacio de lectura del libro La isla del Tesoro, del autor Robert Louis Stevenson. De esta forma, los pequeños y pequeñas se envolvieron en la historia de este clásico de la literatura universal, mientras que cada uno de los personajes del libro iba apareciendo poco a poco. Sin embargo, el final fue abierto: durante el encuentro no se contó el desenlace de la historia, para dejarles a los chicos el interés de leer el libro en casa.

En Instituto Natura trabajamos no solo para llegar con nuestras políticas a cada rincón del país, sino que también buscamos generar espacios internos en donde los propios colaboradores y sus hijos puedan generar conexiones más profundas. Y, en un contexto en el que 3 de cada 10 niños del Perú no comprende lo que lee, incentivar este tipo de espacios de lectura se vuelve especialmente relevante. Más aún cuando podemos hacerlo a través del juego, la risa y el encuentro con otros. Porque cuando se disfruta, el aprendizaje es mucho más efectivo.

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