Línea 122 (celular) / 01 8000 9197 48 (teléfono fijo): Fiscalía General de la Nación

Para presentación de denuncias de violencia intrafamiliar, violencias basadas en género y violencia sexual. Atención las 24 horas, todos los días del año.

¿Qué se entiende por violencia contra las mujeres?

Según la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (CEDAW 1993. ART1), por «violencia contra la mujer» se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.

Violencia económica
Consiste en lograr o intentar conseguir la dependencia financiera de otra persona, manteniendo para ello un control total sobre sus recursos financieros, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar o asistir a la escuela.

Violencia psicológica o emocional
Consiste en toda acción, omisión o patrón de conducta dirigido a perturbar, degradar, amenazar o controlar la conducta, el comportamiento, las creencias o las decisiones de una mujer, mediante la humillación, intimidación, aislamiento o cualquier otro medio que afecte su estabilidad psicológica o emocional.

Violencia física
Consiste en causar o intentar causar daño a una pareja mediante golpes, patadas, quemaduras, jalones, pellizcos, empujones, bofetadas, tirones de cabello, mordidas, negándole atención médica o forzándola a consumir alcohol o drogas, así como cualquier otro tipo de fuerza física. También puede incluir daños a la propiedad.

Violencia sexual
El abuso sexual se refiere a una intrusión física – real o potencial – de naturaleza sexual, ya sea por la fuerza o en condiciones desiguales o coercitivas. Toda actividad sexual que involucre a menores – es decir, personas que tengan menos de 18 años – constituye un abuso sexual.

Violencia simbólica o moral
Se manifiesta a través de mensajes, valores, símbolos, íconos, imágenes, signos e imposiciones sociales, económicas, políticas, culturales y religiosas que transmiten, reproducen y refuerzan estereotipos y roles de género, así como relaciones de dominación, exclusión, desigualdad y discriminación, que contribuyen a naturalizar la subordinación de las mujeres.

¿En qué contextos ocurre la violencia?

a) Violencia doméstica:
Es la violencia ejercida contra las mujeres por parte de un integrante del grupo familiar —sin importar el lugar donde ocurra—, y que afecte su dignidad, bienestar, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, así como su libertad, incluida la libertad reproductiva, y su derecho al pleno desarrollo. Se entiende por grupo familiar aquel formado por vínculos de parentesco, ya sea por consanguinidad o afinidad, por matrimonio, uniones de hecho, parejas o noviazgos. Se incluyen tanto relaciones vigentes como finalizadas, sin que sea requisito la convivencia.

b) Violencia institucional:
Es aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente, institución pública, partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y actividades, como así también que accedan a sus derechos.

c) Violencia laboral:
Es aquella que discrimina a las mujeres en los espacios de trabajo, tanto públicos como privados, y que limita su acceso al empleo, la contratación, el ascenso, la estabilidad o la permanencia en el puesto. Incluye la exigencia de requisitos relacionados con el estado civil, la maternidad, la edad, la apariencia física o pruebas de embarazo, así como la vulneración del derecho a recibir igual remuneración por igual tarea o función. También abarca el hostigamiento psicológico ejercido de forma sistemática contra una trabajadora con el objetivo de excluirla del ámbito laboral.

d) Violencia contra la libertad reproductiva:
Es aquella que vulnera el derecho de las mujeres a decidir de forma libre y responsable sobre el uso de métodos anticonceptivos, el número de embarazos o el intervalo entre nacimientos. Puede ser ejercida tanto por la pareja como por personal médico o de salud.

e) Violencia obstétrica:
Es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.

f) Violencia mediática:
Se refiere a las publicaciones y/o difusión de mensajes e imágenes estereotipadas a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construyendo patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.

¿Cómo saber si estás en una relación abusiva?

Es importante reconocer que la violencia aparece de a poco, muchas veces disfrazada de amor, protección o cuidado. No te sientas culpable si te cuesta identificar las señales. Estas son algunas de las formas en las que la violencia se puede manifestar en las relaciones:

Control excesivo:
Tu pareja toma decisiones por ti, controla tu dinero, revisa tus cosas, siente celos constantemente o quiere saber dónde estás todo el tiempo.

Falta de respeto y humillaciones:
Te critica todo el tiempo, se burla de ti, minimiza tus logros, menosprecia tu trabajo o te hace sentir inferior

Aislamiento:
Te aleja de tu familia, amistades o redes de apoyo, haciendo que dependas cada vez más de la relación.

Miedo o incomodidad:
Sientes ansiedad, angustia o miedo al estar con esa persona, incluso si no hay agresiones físicas evidentes.

¿Se puede sufrir violencia sin golpes?

Sí. Muchas mujeres atraviesan situaciones de violencia que no dejan marcas visibles, pero que duelen igual o más. La violencia puede ser silenciosa, sutil y aún así dejar heridas profundas. Toda forma de violencia debe ser reconocida para ser nombrada. Si sientes miedo, inseguridad, incomodidad o te provoca dolor, sí, es violencia. No estás sola.

¿Puedo hacer una denuncia aunque no tenga pruebas?

Sí. No necesitas presentar pruebas para denunciar. Tu palabra es válida y suficiente. Recomendamos que realices este proceso acompañada de una persona de confianza o de organizaciones especializadas.

¿Cómo ayudar a una mujer en situación de violencia?

El primer paso es escuchar sin juzgar. Cree en lo que te cuenta, brindale apoyo emocional y comparte información según lo que necesite. Es importante no mirar para otro lado, tener paciencia y comprender que salir de una situación de violencia requiere apoyo.

¿Los hombres pueden ser parte?

Sí. Los hombres deben asumir su rol en la transformación. Ser aliados implica mucho más que no ejercer violencia: es comprometerse activamente, cuestionar privilegios, hablar con otros hombres y priorizar el respeto en todos los espacios.

¿Qué hacer si una amiga te cuenta que vive un tipo de violencia?

Escucha con empatía. No la juzgues ni la apures. Cada proceso es personal.
Acompáñala. Hazla sentir segura, compártele los canales de ayuda, y si es necesario, ofrécele asistencia práctica. Tu presencia puede ser clave para que ella se anime a dar el siguiente paso.

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