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“El lenguaje es una fiesta”: una conversación con Celia Rosemberg, especialista en desarrollo del lenguaje infantil

La alfabetización temprana: donde empieza la historia 

¿Cómo explicar que 1 de cada 3 chicos de 3er grado de primaria en Argentina no comprenda lo que lee? Sin desatender a su multicausalidad, la investigadora y docente universitaria Celia Rosemberg nos invita a rastrear las huellas de esa problemática, para descubrir aquellas primeras experiencias infantiles que van marcando el proceso de alfabetización. “Los chicos que tienen mejores habilidades de vocabulario en el nivel inicial, luego aprenden más fácilmente a escribir palabras en 1er grado de la escuela primaria y tienen menos dificultades para comprender y producir textos escritos en 3er grado de la escuela. De ahí la importancia de generar y promover la enseñanza temprana del vocabulario, con la conciencia de que eso se aprende en la interacción social”, comenta.

Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educación y Doctora de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), Celia Rosemberg se ha dedicado al estudio del desarrollo del lenguaje infantil y la alfabetización temprana, a la vez que trabaja en la generación de propuestas que buscan ampliar las oportunidades de chicos y chicas en el acceso temprano a la alfabetización y en el desarrollo de todo su potencial lingüístico. Su campo de acción es amplio: además de ejercer la docencia universitaria, se desempeña como investigadora principal del CONICET y como Directora del CIIPME- CONICET, uno de los principales socios técnicos en la Alianza por la Alfabetización, llevada adelante por Instituto Natura en conjunto con la Fundación Perez Companc. 

La conversación como matriz de aprendizaje

“El lenguaje que una persona desarrolla depende de las oportunidades de interacción que haya tenido”, afirma Celia. Y es esa interacción social lo que para ella es “la matriz del aprendizaje”, el punto nodal de una alfabetización exitosa. “En el jardín se enseña conversando; una conversación donde el maestro tiene una clara intención pedagógica, pero en la que tiene que estar atento a lo que los chicos traen, dejarlos hablar, para luego repreguntar, reestructurar, reconceptualizar y relacionarlo con otros mundos, en el formato de una conversación espontánea. Porque el lenguaje se desarrolla hablando; en soledad, nadie relata nada”. Y agrega: “Un chico que conoce más palabras es un chico que conoce más acerca del mundo. Debemos colaborar en ampliar el vocabulario atendiendo a lo que al niño le interesa, porque los chicos van a aprender aquello que los motiva. Por eso son tan importantes las situaciones de juego, en donde los chicos pueden usar eso que aprendieron dentro de una escena lúdica”. 

Partiendo de allí, su propósito es contribuir al desarrollo y promoción de las estrategias de interacción apropiadas, tanto para docentes como para familias. Y la conversación se convierte entonces en el territorio adecuado para estimular y potenciar el desarrollo temprano del lenguaje. “El lenguaje es una fiesta, jugando con el lenguaje es como se desarrolla el lenguaje”, afirma. En ese sentido, asegura que “la lectura de cuentos tiene que ser dialogada para que sirva. Lo mismo que ver una película: no es lo mismo que el chico vea la película solo, a que el adulto esté mirando la película con él, converse, comente sobre los personajes, etc. La conversación es la zona de desarrollo potencial”. 

La Alianza por la Alfabetización: un paso clave en la alfabetización temprana

Desde el inicio de su carrera profesional, Celia tuvo una clara intuición: “Al mismo tiempo que empecé a hacer investigación, me di cuenta que estudiar el desarrollo del lenguaje infantil era necesario, pero que era necesario hacerlo en un contexto de intervención, de buscar ampliar las oportunidades educativas”. Esta articulación entre investigación e intervención es la que actualmente guía el trabajo que realiza desde el CIIPME- CONICET, en el marco de la Alianza por la Alfabetización. 

La Alianza por la Alfabetización, impulsada por Instituto Natura junto a la Fundación Perez Companc, apoya y acompaña a distintos gobiernos provinciales en el desarrollo e implementación de una política integral que permita garantizar que todos los niños y las niñas alcancen un adecuado nivel de alfabetización al finalizar el primer ciclo de la escuela primaria. La iniciativa contempla tanto la producción de los materiales necesarios, la formación de los equipos docentes, directivos y de supervisión, la gestión territorial, la articulación entre diferentes áreas del Ministerio, el monitoreo y la evaluación de aprendizajes de los estudiantes. Actualmente, ya son siete las provincias a las que se apoya en la implementación de este tipo de políticas educativas: Mendoza, Santa Fe, Tucumán, Salta, Catamarca, Entre Ríos y San Juan.

“La recepción que estamos teniendo en las provincias es excelente”, comenta Celia con entusiasmo; “tanto docentes como familias lo valoran, sienten que les es útil”. Porque, a fin de cuentas, generar un impacto positivo en las comunidades a partir de políticas educativas de alto alcance es una enorme gratificación para una profesional como Celia, cuya inquietud por la articulación entre investigación e intervención marcó toda su trayectoria. “Siempre pensé en la educación como una herramienta de cambio social y de que todos tuvieran las mismas oportunidades. Y siempre entendí que el dominio de la lectura y la escritura pueden hacer una diferencia muy grande en la vida de las personas”, concluye.

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